Buscando algo que hacer (Libre)

Conduje mi coche hasta el centro y entré en el que parecía el mejor de los bares que había. Hacía poco que había llegado al pueblo siguiendo a mi hermano y estaba sumamente aburrido.
Stefan podía entretenerse en el instituto, jugando a ser humano otra vez, pero yo no tenía nada que hacer allí. ¿De verdad esperaba mi hermano que no cazase por "placer"? Desde luego adoraba las grandes ciudades; allí mis pequeños crímenes pasaban inadvertidos, pero en Mystic Falls todo era demasiado tranquilo. Hacerle la vida imposible a mi hermano era el único entretenimiento por lo visto.

Me dirigí a la barra mientra hechaba un vistazo rápido al sitio; había unos cuantos adolescentes jugando al billar y una parejita comiendo en una de las mesas.
- Genial.- murmuré sarcástico para mí mismo mientras me sentaba en la barra.- Ponme una copa.
Beber por aburrimiento siempre me había hacecido patético, pero no había nada más que hacer.

Había perdido ya la cuenta de las copas que me había tomado cuando alguien más entro en el bar, no le presté atención hasta que la joven se acercó a la barra y también pidió una copa.
Aparté la bebida y me incliné hacie su lado para que sólo me pudiera oír ella.

- ¿No eres un poco joven para beber monada?- le pregunté con esa mueca divertida que siempre me acompañaba.

"Seguro." pensé de forma burlona cuando me contestó. Apuré mi copa de un trago y la puse en la barra para que el camarero me la volviera a llenar por enesima vez.

- ¿Y qué le trae a una joven como tu a un bar de mala muerte como este a emborracharse sola?- le pregunté girandome hacie ella y levantando una ceja.

- Oh sí, desde que llegué a este maldito pueblo somos intimos amigos- le contesté con una suave risa.
La chica parecía estar muy tensa. "Que caracter" pensé para mis adentros, pero no dejé de sonreir. "Si supiera lo que puedo hacerle a su cuello en menos de un segundo..." Mi sonrisa se ensanchó un poco ante la imagen.
- Tu no eres de por aquí.- no era una pregunta, estaba seguro de ello.

La chica me contestó de forma cortante y cuanto terminó de beber sacó un frasquito con lo que parecía... ¿sangre? Mi sonrisa desapareció durante un segundo, pero volví a sonreir antes de que pudiera darse cuenta. Si mi hermano Stefan y yo no eramos los únicos vampiros aquello podía darnos problemas y más si los demás vampiros no se comportaban de forma "discreta"... aunque pensandolo bien a mí no me importaba demsiado largarme de ese pueblo. Le di otro trago a mi copa y observé a la chica detenidamente.
- ¿Cómo me has dicho que te llamabas?- le pregunté fingiendo desinterés.

Cuando virtió el líquido en la copa ese olor tan característico me confirmó que sin duda era sangre. "Anne Sophie" intenté recordar si conocía a algún vampiro que se llamase así pero nada me venía a la mente. Me preguntó mi nombre así que seguí comportandome de forma disimulada.
- Damon... Damon Salvatore.- le contesté con otra sonrisa. El olor de la sangre me desconcertaba un poco, pero gracias a Dios me había alimentado hace poco y podía controlarme. Decidí dejar de preguntar tanto, me sentía como un poli en medio de un interrogatorio, quizás le estaba dando demasiada importancia, al fin y al cabo que un vampiro estuviera en Mystic Falls no era un delito... y si lo fuera tampoco me importaba demasiado.

Cuando me dijo que si quería un poco de sangre me relajé. Ya no tenía sentido seguir disimulando si se había pillado.
- No se, lo cierto es que la prefiero fresca - miré el vaso e hice una mueca cómica de asco.- Pero si insistes...- dije mirandola fijamente mientras volvía a esbozar una sonrisa torcida.

- Chica lista. No eres nueva en esto, sino no me habrías descubierto tan rápidamente. Me atrevería a decir que eres más vieja que yo, aunque te conservas muy bien - le dije bromeando y siguiendo con la conversación mientras cogía la copa y le daba un trago.
- Umm, delicioso. -murmuré como si fuera un juez en una cata de vinos.

Alejé la copa de mi boca, la miré fijamente y después de un buén rato me dicidí a hablar.

- Veñga ya, estas de broma, ¿no?- la chica no parecía bromear, pero eso parecía excesivo, jamás había conocido a nadie tan viejo. Si era cierto lo que decía, sin saberlo yo había conocido a la que era provablemente la vampiresa con más peligro de Mystic Falls, y no es que me disgustase la idea...

Me reí ante su comportamiento, desde luego si tenía la edad que decía tener no la aprentaba ni mucho menos. Parecía bastante... ¿inocente?. Dudaba de que lo fuera, pero a su lado yo parecía el tipo más peligroso del mundo.

- Si, lo soy. - dije fingiendo una mueca de indiferencia e imagenes demasiado dolorosas pasaron por delante de mis ojos hasta que la miré totalmente serio.- Supongo que al ser tan vieja debes de ser bastante más fuerte que yo o que cualquiera de los vampiros convertidos, pero no te envidio ¿sabes?. En apenas dos siglos tengo demasiadas penas que ahogar en el fondo de un vaso.

Dejé su copa llena de sangre en la mesa y bebí un largo trago de la mía.
- Aunque bueno, creo que te hace falta más que a mi- dije empujando la copa con un suave movimiento hasta ella y volviendo a sonreir con una mueca torcida como hacía siempre.

Me reí a carcajadas con ella mientras hablaba de su hermno. Me sentía bastante más cómodo con ella que antes, podría decir que la conversaciónse estaba volviendo bastante divertida. Auqello era demasiada conincidencia; por lo visto teníamos más cosas en común de las que a simple vista uno podía ver.

- ¿Hermano pesado? Por desgracia eso me es demasiado familir.- mije mirando al techo con un gesto teatral de súplica.
- Creeme si te digo que el mío es identico. ¿Proteger a los humanos?- me burlé- tienen ideas muy extrañas. Ya ni recuerdo la última vez que ese idiota probó algo más fuerte que una ardilla.

Me reía con ella y cuando por poco se atraganta con la bebeida le di unos golpecitos en la espalga.

- Tranquila.- le dije cuando se empezóa a disculpar y le sonreí para hacerle ver que todo eso me daba tanta risa como a ella.- Ya sabes como se empieza... primero te dan pena los humanos... luego los pobres osos, luego los ciervos... y acabas yendo a la tienda de animales a comprarte unos jamsters para no hacer daño a nadie... ya solo le fata anestesiarles para que los pobres no sientan dolor.- seguí burlandome de mi hermano. Sabía que Stefan no era así, pero me sentaba bien reirme un poco de él.
- En fin, he intentado hacerle razonar, pero es imposible.- volví a poner los ojos en blanco miantras mis dejos jugueteaban un poco con mi copa ya vacía.

Me reí a carcajadas con lo de la madre de Bambi y el Winnie Pooh. Siguió hablando de su hermano y presté más atención ya que la conversación estaba tomando un camino que yo no me había esperado. Soreía demasiado con este tema y eso despertó aún más mi curiosidad.

- ¿Tortura?- pregunté sin ocultar mi interés.- ¿De que clase detortura estamos hablando?
Algo en mi interior disfrutó de la idea de poder torturar a mi hermano.
- Deslumbrame gran vampisesa con tu milenarios conocimientos.- dije de forma teatral bromeando otra vez.