llegando de nuevo (Sophie)

Era de noche, estaba muy oscuro. Sonreí de forma maliciosa y esperé en el árbol hasta que los chicos estuvieran bajo de mi. Los miré atentamente, sangre joven, no serían de más de 16 años. Esperaba que ambos fgueran virgenes, pero no podía estar seguro los adolescentes de ahora eran tan precoces.

Salté sobre el chico, la chica sería más fácil luego. Mordí su cuello y saboreé la sangre caliente que emanaba de él. Era deliciosa, antes de llegar me había tenido que alimentar de hombres ya mayores, y la sangre era buena pero nada que ver con la de los jovenes. Cuando terminé con los dos escuché unos pasos, era un vampiro. Sonreí y avancé hacia ella.
No me había limpiado la boda y la ropa también estaba llena de sangre.

Era una chica, con cabello azul y se había alimentado hacía ya poco. Vaya, ahora en estos días los jovenes eran cada vez más extravagantes. La miré y alcé una ceja, sonreí de medio lado. Era no muy alta y al ver su rostro aún algo aniñado era más o menos de la edad de los muchachos que habían sido mi cena.
Suspiré al ver que se quedaba ahí mirandome, avancé hacia ella hasta quedar de frente. Le sacaba dos cabezas.

- ¿Buscaba algo señorita? - la mayoría del tiempo hablaba con educación, claro cuando no estaba de fiesta. La miré fijamente por unos momentos y me limpié la boca con el dorso de mi brazo. Torcí una sonrisa.

Miré a la chica.
Suspiré y me di media vuelta, no sin antes dedicarle una sonrisa.

- Vale, vale -dije sin más- Todo está muy cambiado, desde la última vez que vine por aquí. Y no te conozco, según yo. Así que me presento, Brandon Demian Draco - comenté con total elegancia y le ofrecí la mano. A pesar de todo el tiempo, todos los años que habían transcurrido de mi vida y mi no vida seguía conservando la elegancia que siempre un hombre como yo debía tener.

Puse los ojos en blanco y retiré mi mano.

- Felicidades - comenté sin importancia. Me di media vuelta y comencé a caminar hacía mi casa. Había descubierto que mis padres habían muerto mucho antes que yo. Entonces, me habían dejado todo el dinero, la casa y todo. Aunque la había cagado haciendo que los demás pensaran que yo había muerto. Pensé que si hacía como que era un bisnieto de el verdadero Brandon Demian Draco, recibiría lo que siempre fue mío. Y sí sirvió.