Dolorosos recuerdos (Lena)

-Me dijiste que no me llamarias enana nunca mas.-le dije con enfado.
-No me importa, intentare entender lo que me espliques.-me sente en el suelo esperando a que contara la historia.

-Pues tu te lo pierdes, los cuentos de mi mama son muy bonitos bueno casi todos.-le dije recordando algunos que no eran tan bonitos, algunos segun ella habian pasado de verdad o eso era lo que ella decia. El que mas me gustaba era el unico que me habia contado sobre mi papa.
Mire a Damon con curiosidad esperando lo que iba a contarme.

Mere a la niña que tenía sentada enfrente. No sabía que se suponía que estaba haciedo contandole mi vida a una niña pequeña, pero bueno no tenía nada más que hacer.

- A ver... Cómo me convirtiron.- dije intentando crear una versión en mi cabeza adaptada al público infantil, sin tener mucho éxito.- Cuando mi hermano y yo eramos todavía humanos vivíamos en una casa muy grande con mi padre. Fue hace mucho tiempo, casi dos siglos.- especifiqué para que entendiera bien la historia.- Un día llegó una mujer que decía llamarse Katherine; era una dama de la alta sociedad, muy respetable. Así que fue nuestra invitada duante bastante tiempo. Era una vampiresa, y poco a poco mi hermano y yo nos fuimos enmorando de ella. Supongo que jugó con los dos, o eso es lo parece. Mantuvo engañado a mi hermano, le borraba la memoria y él al principio no sabía lo que era ella y menos que también estaba con los dos. Pero conmigo no fue así, supongo que a mi me daba igual lo que hiciera, yo la amaba como era, no me habría importado convertirme en vampiro para estar con ella. De hecho me enseñó cómo se alimentaba, como cazaba, me mostró lo que era ella cuando yo todavía era humano y lo acepté sin que me importara lo más mínimo. Había estado en la guerra, allí la gente derramaba sangre sin nunguna razón aparente, ella lo hacía para sobrevivir, lo suyo estaba más que justificado. Nuestro padre por su parte tenía sus propias teorías sobre los vampiros, estaba obsesionado con matarlos a todos. Sabíamos que ese día se acercaría: la caza de vapiros, le dije a mi hermano que no confiara en mi padre, que no le contara lo que era Katherine y él prometió que no lo haría. Me traicionó, a mí y a Katherine, por su culpa esa noche la atraparon y la encerraron en esta iglesia junto con los demás vmpiros, luego la incendiaron con todos los vampiros dentro. Nosotros intentamos impedirlo, pero nuestro propio padre nos disparó uno por uno para evitar que la salvásemos. Él creía que estabamos muertos, pero no fue así, habíamos bebido la sangre de Kathetine antes. El resto de la historia ya no importa demasiado.


Me quedé callado después, mirando las ruinas donde había muerto ella. La nescesitaba, todo este tiempo se había convertido en un infierno sin ella y tódo por culpa de mi hermano. Él tendría que estas muerto, ella ni siquiera le tenía que haber convertido... y quizás yo también debía estarlo, si Stefan no me hubiera obligado a beber la sangre de esa chica todo habría acabado.

Me quede mirandolo cuando contaba la historia entendiendo todo por lo que habia pasado Damon, era una historia triste ya que su amada moria, y lo peor que era real.

Cuando hablo sobre su padre quien le disparo para que no ayudaran a su querida amada me estremeci, tan malos podian ser los humanos contra nosotros. Yo llevaba poco tiempo en este terreno, pero aun me acordaba de ser humana, en parte.

Lo mire sorprendida cuando acabo, con los ojos grandes como platos. Luego me acerque a el poco a poco y, en realidad no sabia que hacer asi que, le acaricie la cara unos segundos y sonrei tristemente.

-No estes triste Damon, seguro que no esta muerta.-dije intentandolo animar.-Encontraras a otra chica que sea tu amada. De eso estoy segura.-dije palmeando flojito su mano y luego me volvi a sentar pensando en que Damon tampoco podia ser tan malo, no del todo.

Cuando se acercó a mí no supe cómo reaccionar, me quedé tan quieto como sólo los vampiros sabímos hacer. Me acarició la cara y la miré con los ojos abiertos y la mandíbula tensa, pero no me aparte.

Me sonrió y en un intentó de animarme me volvió a hablar.

- No lo está... No puede estarlo.- dije contestando a lo que había dicho y riendome amargamente. Eso de mostrarme tan débil delante de alguien y más tratandose de una niña me enfermaba.- No necesito a ninguna otra, como almuerzo están bien, pero nadie es como ella, la recuperaré.- dije con una mueca, pensando en el hechizo que había encerrado a los vampiros bajo tierra y los había mantenido a salvo. Si Katherine estaba aún viva la sacaría fuera como fuera.

Lo mire con mis ojitos azules pensando que decir, yo no sabia mucho de estas cosas, aun era pequeña asi que solo podia decirle lo que pasaba en los cuentos y cosas asi.

-Seguro que la recuperaras.-dije intentandolo animar.-Con esfuerzo todo se consigue, y tu mas aun que eres vampiro.-le sonrei.-Katherine era la chica mas guapa para ti verdad? Tu princesa... Ops creo que he metido la pata.-dije poniendome la mano en la boca.-Lo siento...-me aleje un poco de el y mire hacia las ruinas de la iglesia algo triste.