Dolorosos recuerdos (Lena)

Caminé despacio por el bosque hasta un sitio que conocía demasiado bien.
La última vez que había visto la iglesia ésta había ardido en llamas con Katherine dentro. Por culpa del imbécil de mi hermano, mi propio padre me había traicionado arrebatandome a la única mujer que había amado nunca. Ahora él estaba muerto y lo único que lamentaba era no haber tenido oportunidad de matarle yo mismo. Contemplé las ruinas de la vieja iglesia durante un buen rato, totalmente inmobil, reviviendo todos esos recuerdos dolorosos. El lugar estaba olvidado, demasiado tnquilo y solitario comparado con lo que había sido anteriormente.

Le di un trago a la botella que llevaba en la mano y que había traido conmigo, lo que más echaba de menos de cuando estaba vivo era emborracharme hasta perder el sentido y no recordar nada al día siguiente.

Estaba por las ruinas de la iglesia jugando, sabia que nadie jugaria conmigo. Eso era triste. Empeze a tararear una cancioncilla infantil saltando por los montones de ruinas y investigando el lugar. Era un lugar muy solitario, si hubiera sido humana mi mama no me hubiera dejado ir de eso estaba segura. Pero ahora que era vampira no tenia nada que perder. Estuve merodeando por alli un rato tarareando cancioncillas y parandome a ver pequeños bichos que se colaban por agujeros. Aplaste unos cuantos y rei traviesa. No me habia dado cuenta de que alli habia alguien mas, yo seguia cantando y jugando.

Estaba apunto de largarme de ese sitio ya que no sabía muy bien que se suponía que estaba haciendo allí.
Entonces fue cuando vi una niña juganmdo, riendo y corriendo por entre las ruinas de la iglesia.
Me puse a mirar lo que hacíamientras seguía bebiendo, no parecía darse cuenta de que estaba allí y yo no entendía que se suponía que hacía una niña pequeña lejos de la ciudad y jugando entre unas ruinas.
- ¡Eeeh, enana! ¿Sabe tu madre que estas aquí?- le grité desde lejos. Tampoco es que me importase, pero quería que se asustase, se fuese corriendo y así podía estar solo.

Me gire en direccion a la voz que me habia gritado. Era un chico que llevaba con el una botella y iba bebiendo.

-No, no sabe nada.-dije acercandome con la rapidez de un vampiro.-Y no soy enana!- me puse de morros con los brazos cruzados y lo mire con el ceño fruncido. Mi mama pensaba que yo ya no existia asi que, no le importaria que hiciera o dejara de hacer.

Luego pense que me sonaba de algo y me puse a recordar de donde.

Para mi gran desilusión no se asustó no se fue corriendo, sino que de pronto se acercó a mí dándome a entender que era una vampira, ningún humano se podría haber movido tan rápido.

- No me dias.- dije sarcástico ante su comentario.- Además de enana veo que eres recién convertida, sino fueras tan inexperta te controlarías un poco... yo podría haber sido humano.- dije iclinandome hacie ella y dandole un toque en la nariz con mi dedo índice mientras sonreía de forma forzada; los niños pequeños me ponían de los nervios. Luego me di la vulta y empezé a rodear despacio las ruinas mientra pegaba otro trago.
- Ahora ya sabría tu secreto...- dije de forma monótona como quién recita algo que ya ha dicho mil veces.- lo más provable es que me pondría a gritar de forma desesperada y tendrías que matarme y luego deshacerte de mi cadaber... Mucho trabajo para una niña.

-Tranquilo, para tu informacion, sabria hacerlo perfectamente tengo a alguien que me enseña este tipo de cosas, aun estoy aprendiendo pero sere de las mejores.-dije con orgullo y me rasque la nariz donde el habia tocado.- Ademas sabia que no eras humano, tu anillo es igual que el mio.- dije mirandolo.- Te proteje del sol, no es asi?-pregunte aunque ya sabia la respuesta.

-¿Como te llamas?- pregunte amablemente, si estaba en lo cierto ya sabia la respuesta, la tenia escrita en mi mas preciada fotografia antigua.

-Pff. ¿Alguien que te enseña?- me burlé; yo nunca había necesitado un maestro, desde el principio fui descubriendo lo que era ser un vampiro por mi cuenta, aunque era cierto que ya sabía lo que era Katherin antes de que me convirtiera así que tampoco fue para tanto.

Miré mi anillo y luego el suyo... que raro, en verdad eran iguales.- ¿De donde lo has sacado?- Pregunté ahora ya más interesado en esa niña que antes me había dado absolutamente igual. Ignoré su última pregunta, ahora lo del anillo me interesaba más.

-Si, me enseñan y estoy muy orgullosa de que alguien como mi maestra me enseñe, apuesto a que es mayor que tu.-dije con una sonrisa traviesa mirandolo con mis ojos azules.-Ademas yo soy una niña por eso me enseñan, tu serias mas mayor cuando te convirtieron, no es asi? Seguro que no sabes que a los vampiros de mi edad, tan pequeños, se los mata, por no tener cordura pero yo soy diferente.

-A ti no te importa de donde saque yo mis cosas.- dije al ver que se burlaba de mi. Me puse de morros y le di la espalda alejandome de el con una mano en mi bolsillo cogiendo la vieja fotografia. Pues su hermano me caia mejor, pense. Al menos no se burlaba de mi. Me pare un momento y cogi la fotografia mirandola bien. Si era el hermano de Stefan sabria algo de mi papa, al pensar en mi papa me puse algo triste pero se me paso al instante. Guarde la fotografia y fui a continuar jugando en las ruinas. Mirando de lejos al chico.

- No me digas. - murmuré sarcástico.- vieja debe de ser... y estará muy aburrida para ponerse a hacer de "maestra" de una niña vampiro recién convertida.

Se enfadó conmigo por lo que le estaba diciendo y en vez de decirme lo que quería saber me dió la espalda y se alejó. Parpadeé perplejo ante lo que había hecho esa niña. No me gustaban los niños, eran demasiado desesperantes, incoherentes... tenía muchas razones para que no me gustasen, y la primera era que no tenía nada de paciencia y menos para estas cosas.

- eeh, pero adónde se supone que vas.- le dije enfadandome, antes de eso sólo estaba molesto, pero ahora me estaba cabreando. Se alejó hasta las ruinas, intenté respirar hondo, luego tiré la botella lejos de mí que impactó en un arbol y se rompió en cachitos. Me acerqué a ella con la velocidad de un vampiro.- Venga, en el fondo te mueres por contarme de donde lo has sacado.- dije a ver si me decía algo.- venga enana, se que eres lista y está bien, te tendré que dal algo a cambio, ¿no? ¿Entonces por qué no jugamos a ese juego? Yo te pregunto y tu me respondes con la verdad, tu me preguntas y yo hago lo mismo.- dije con una sonrisa torcida intentando que aceptara.

Vi como se acerco a mi velozmente y lo ignore al principio hasta que me dijo que jugaramos a un juego de preguntas y respuestas.
-No me llames enana.-me enfade frunciendo el ceño.
-Pero primero pregunto yo y tu contestas y luego tu, vale?-lo mire.
Parecia ser un chico malo, todo lo contrario a su hermano, de eso estaba segura. Me cruze de brazos.-Haber..mmm...-pense la pregunta.- Aun no me has contestado a la pregunta de ¿Como te llamas?-le dije y espere impaciente su respuesta mirandolo con mis ojitos azules y escondiendo mi anillo.

La miré con la mandíbula tensa todavía, pero decidí ceder un poco.

- Está bien, nada de llamarte "enana".- dije levantando los brazos en señal de paz. Luego suspiré y decií contestarle, al menos era facil.

-Damon... Damon Salvatore.- dije presentandome y contestando así a su primera pregunta.- Ahora me toca a mí, ¿no?.- dije levantando una ceja.- ¿De dónde sacaste el anillo que llevas?

Al ver que me dejaba de llamar enana sonrei traviesa. Me dijo su nombre, ahora ya estaba segura de quien era, era el mismo de mi fotografia. Le sonrie y conteste a su pregunta.

-Se lo quite a mi mama.-le respondi rapidamente y a continuacion dije:- Ahora otra pergunta mm ¿Tienes un hermano mas pequeño que tu?-lo mire con mi amable sonrisa.
Sabia que las preguntas que le hacia podrian ser obias pero queria estar segura.

Suspiré otra vez... esa niña no me daba casi información. Al menos se le había pasado el berinche y ahora estaba sonriente, así al menos colaboraría un poco.

-Sí, tengo un hermano pequeño y antes de que preguntes... sí, es un muermo.- dije riendome... al menos era facil contestarle. No sabía de que conocía a mi hermano, pero por ahora eso no me interesaba tanto. - Mi turno... ¿Quién se supone que era tu madre para tener ese anillo?

Me rei al ver como hablaba de su hermano, un muermo? pues a mi me parecia muy buen chico.

-Pues mi madre es mi madre, es una mama.-le dije mirandolo algo triste.- Como casi todas, ama de casa que por ahora me cree muerta pero no pasa nada porque no le hare daño. El anillo se lo dio mi papa a mi mama antes de irse y yo se lo quite.-le explique, puse las manos en mi cintura y lo mire frunciendo el ceño con curiosidad.- ¿Es que tu nunca has tenido una mama?-pregunte inocentemente.

Me reí cundo me preguntó eso.

- Eso cuenta como una pregunta.- le advertí señalandola con el dedo.
- Claro que he tenido una madre. ¿No te habló mi hermano de todo esto?- pregunté divertido, luego me encogí de hombros.- Hace mucho de eso... siglos. Cuando todavía era humando. No vivió lo suficiente para ver como mi hermano y yo nos convertíamos en esto.- dije más serio esta vez. Había pasado tanto tiempo que ya casi no me acordaba de ella.

-Oh! No eso no cuenta!!!-dije casi gritando.- Como sabes que conozco a tu hermano? Bueno es igual, pero esa no contaba como pregunta.- dije moviendo mi dedo de un lado para el otro diciendo que no.
-Pues mi mama no sabe lo que soy, pensa que mori en el accidente que tube. Y creo que nunca mas la podre volvler a ver, tampoco quiero hacerle daño.-dije y me toque los colmillitos mirando hacia un lado, luego lo mire.- ¿Y tu papa?-le pregunte sin que se me notara mi tristeza.

- eeeh.- protesté fingiendo sentirme ofendido.- Calto que cuenta, sino no contesto... Conoces a mi hermano, sino no preguntarías por él. Aquí todo el mundo lo conoce, es el niño prodigio de la familia. Estudioso, encantador y todo un caballero.- dije sarcástico riendome de él.

-¿Que pasó? ¿Que clase de accidente?- pregunte interesandome de pronto en lo que decía. Luego suspiré.- Mi padre... de él prefiero no hablar, digamos que me traicionó. A mí y a una persona muy importante.- dije sin dar más detalles. No me parecía que mi vida le interesase mucho a una niña pequeña.

-Joo pues... a que no juego!- le dije con un puchero.- Si es muy buen chico.-le dije sonriendole.-Bueno al menos tienes papa, yo no me acuerdo de el...-susurre lo suficiente para que escuchara.

-El accidente... tuve un accidente de coche...- no queria contarlo, no lo habia contado hasta ahora no queria contarlo porque me pondria triste otra vez.
Pero le dije:- Me atropellaron, un coche iba a toda velocidad cuando le cogi el anillo y...-iba a decir mi otra cosa pero me calle.- y me casi me mata pero alguien me cogio y me hizo esto, lo que soy ahora.-explique sin casi detalle.-Vale ahora me toca a mi, mmm..-pense la pregunta.-¿Porque hablas asi de tu hermano? No te ha hecho nada. Aaah y ¿quien te convirtio?-dije sin saber que habia dicho dos preguntas. Me quede sentada en las ruinas mirando a Damon espectante. Me encantaba que me explicaran cosas, sobretodo historias.

Genial, una admiradora de mi hermano a la que además no lograba sacar nada coherente. ¿De dónde había sacado el anillo con el escudo de los Salvatore? Quizás ni ella lo supiera.

- Interesante historia.- dije. -Y esos son dos preguntas. -advertí, pero luego decidí dejarlo estar.- Te equivocas... mi hermano ha hecho demasiadas cosas, no es tan bueno como vosotros os creeis. Me convirtió la misma persona que convirtió a mi hermano.- me empezé a poner tenso y con una sonrisa forzada.- ahora ya no importa, ella esta muerta.- dije encogiendome de hombros.

Me quede asombrada con lo que dijo.
-No! Stefan es bueno.-dije, pero tampoco lo conocia tanto para saber la verdad.-Eres malo, tu hermano es bueno y si tu quisieras serias bueno tambien.-dije inocentemente.

-¿Ella esta muerta?-repeti en forma de pregunta.- Era una chica entonces.-mi cara entristecio, si que debia estar triste el pobre Damon.- Asi que no eres malo solo estas triste.... ¿como se llamaba?.-le dije, no sabia si se pondria triste preguntando mas de mis preguntas asi que dije:- Es igual....ya no quiero jugar a ese juego!-Me di la vuelta y me cruze de brazos.

Me reí a carcajadas con lo que dijo.
- Claro, mi hermano es de lo mejorcito que hay.- dije sarcástico.- A ver si va a ser verdad eso de que los niños sois demasiado ingenuos...

- No enana, te equivocas, no estoy triste, en realidad es que soy malo por naturaleza. - me reí ante la imagen que debía de estar dando. Me preguntó como se llamaba mi creadora y después de dió la vuelta diciendo que no quería jugar más.

- Pero ¿qué...? ¿Por que te enfadas ahora eeh?- dije sin entender del todo la situación. Desde luego los niños eran un misterio para mí.

-No me llames enana!- me enfade girandome hacia el.-ni igenua o como se diga.

-No quiero jugar mas a ese juego. No me gusta.-dije de morros.- Quiero jugar a otra cosa!- dije y pense.-Podrias contarme sobre quien te convirtio, yo no se quien me convirtio a mi, me gustaria saberlo sabes?...-dije mirando hacia otro lado.

- Lo siento, pero en lo que a mi me respecta eres Enana.- dije divertido al ver como la niña se picaba, pero no sabía su nombre y fuera cual fuera dudo de que le pegase más que el de "enana".- En el fondo te queda bien el mote y te lo digo con cariño.- dije revolviendole el pelo con la mano en una especie de gesto cariñoso. Jamás había hecho eso con nadie, pero la verdad era que no me había tocado tratar con niños antes.

- ¿Qué clase de juego es ese? Nunca he oído hablar de él.- me reí cuando dijo que quería que le contase cosas sobre Katherine.

Lo mire con una mirada desafiante.
-No soy enana solo soy bajita para mi edad, nada mas!-dije, habia gente que pensaba que tenia cinco años y no ocho años para nueve. Pero ya me habia acostumbrado,una cosa era eso y otra que me llamaran enana.

-Pues tu me cuentas una historia, como los cuentos cuando te vas a dormir?, pues eso.-explique.- A lo mejor no te acuerdas pero seguro que te contaban cuentos cuando eras pequeño. Yo se muchos que me contaba mi mama.-le dije y sonrei un poco.-Luego si quieres te cuento uno... pero primero tu.-sonrei enseñando mis dientes y colmillitos.-- Espero que seas bueno contanto cuentos e historias.- dije haciendo una mueca.

Ignoré sus protestas ante su nuevo mote. Ya ha había bautizado como Enana y nada de lo que dijese iba a salvarla.

- Está bien, te contaré lo que quieras, aunque no es una historia muy bonita y dudo de que lo entiends.- cedí finalmente, no creía que le gustase lo que le iba a contar.- Y te puedes ahorrar tus cuentos, no me gustan los cuentos de niños.- me engogí de hombros.

Me senté en un muro medio derrumbado que había allí, de ponto me arrepentía de haber tirado mi botella antes.