Escondiendo rastros (Diana)

Vi como rompía parte del árbol con su patada. Era fuerte, como todos los neófitos. La comprendía muy bien, en este mundo, en esta época, los menores como nosotras no servian para nada, no podíamos hacer nada. En el pasado yo habría estado esposada y embarazada a esta época y sería lo normal. Pero el tiempo cambia y nosotros no.

- No querida, seras una preciosa niña para toda la eternidad, lo siento mucho- dije sinceramente-. Yo también me planteé porque me sucedió esto a mí, porque me escogió para su esperimento mágico. Con el tiempo aprendí a vivir con ello, que de donde no hay no puede sacarse información. Así que hace tiempo que deje de pensar en ello.

Mire parte del árbol que había derrumbado. Si que era fuerte, más que antes pero eso no cambiaba las cosas.

-¿No se puede hacer nada para volver atrás?-pregunte aunque sabía que eso eran cosas de mi imaginación, si hubiera alguna manera de volver a ser humana podría ir con mi mama y crecer y todo se habría acabado. Me puse las manos en los oídos:-No! No soy preciosa! Y quiero irme para siempre!-grite cerrando mis ojitos azules sin darme cuenta de lo que decía.

-Ya nadie me quiere, no podre crecer y no se utilizar eso de la imnosis.- dije dándome contra el árbol partido y me quede encallada en el agujero.

Vi su berrinche, los típicos berrinches de aquellos novatos que por una vez ven lo que supone ser eterno. No hay nada que no requiera un precio, y la inmortalidad requería uno especialmente grande.

Con un puñetazó hize añicos el árbol dejandole suelta de su agarre.

- Te diré lo que se pequeña. No hay vuelta atras, una vez convertida la única forma de escapar de ello es muriendo, y te digo que no querras conocer la muerte verdadera, es muy dolorosa- le advierto.

- Eres preciosa, nadie puede negarlo, es parte de lo que somos. Somos bellos depredadores, que según crecen mentalmente aprenden nuevos trucos. Yo no supe de la imnosis hasta unas decadas despues de convertirme. Tú por lo menos tienes quien te enseñe yo no lo tuve. Yo estube sola durante demasiado tiempo, con la única compañía de la ansias de una justa venganza. Yo no tuve un guía como tu lo tienes, eso te facilitará las cosas.

Al Diana deshacerme del arbol, la mire con cara de rabia y odio por todo lo que ocurria en mi cabeza, solo queria destrozar y matar, tambien queria sangre pero eso era lo ultimo que queria pensar.

Al escuchar sus palabras una idea se cruzo por mi mente: -Pues quiero morir...-dije aun con la rabieta que tenia encima.-Quiero irme para siempre, mi mama piensa que estoy muerta pues quiero estarlo de verdad!-dije por culpa de mi rabia interior dandome la vuelta de espaldas a ella. Queria destrozarlo todo, pero algo en mi se retuvo y rectifique volviendome hacia Diana.

Luego me lo pense dos veces.
-Es verdad que no tuviste a nadie...-mire al suelo con cara de pena.-Siento haber hecho y dicho esas cosas.-La mire a la cara.-Lo siento mucho, quiero que me enseñes....-dije arrepentida, me acerque a ella y la abraze respirando hondo.

La comprendía, en su día yo también sentí ese cúmulo de sentimientos contradictorios.

- Con el tiempo todo se aclarará, todo volverá a tener algún sentido. Solo debes encontrar un propósito para vivir. Si no la eternidad puede ser insoportable. Eso es lo que cada vampiro hace.

La abracé fuertemente para darle ánimos y para que los fantasmas del pasado me dejaran en paz.

- No te preocupes- intenté sonreir, pero era dificil con esa espina en el corazón-, no es nada. Fue mi culpa mi soledad, es parte del propósito que me inpuse- dije recordando mi promesa. Y si, si quieres te enseñaré todo lo que sé.

-Si por favor.-dije sin dejar de abrazarla. Sabia que ella me comprendia. La mire aun abrazandola y le intente sonreir pero la sonrisa me salio algo extraña, mis colmillitos salieron de repente.
-Ops. Pense que ya no tenia ambre, porque me han salido de repente? Si es que ni eso controlo.-Me dije mas a mi misma. Respire hondo, aunque no tenia mucha necesidad de hacerlo ya que estaba muerta.- ¿Bueno cuando empieza la leccion maestra?-dije y esta vez si que sonrei.

Esa era el espíritu.

- Bien, primero debes alimentarte, no se le puede enseñar nada a una neofita hambrienta. ¿Qué prefieres, un humano o un animalito?- le pregunté en tono complice.

Puse cara de estar pensando algo muy dificil mirando hacia nosesabedonde.
Luego la mire:-No tengo mucha hambre asi que me da igual.-le sonrei. Me molestaban un poco los dientes pero me acostumbraria.-No he probado sangre humana desde lo del viejo me parece...

- No tiene por qué ser como la primera vez, yo si quieres puedo enseñar a moderar tu hambre, a no matar cuando te alimentas de humanos. Si quieres, ese puede ser tu primera lección conmigo. Si te parece bien claro, si quieres ser vegetariana, ya buscare algo para enseñarte.

-Vale, quiero probar sin matarlos.-dije animandome.
-Y quiero aprender imnosis.-dije sonriente.-Asi jugaran todos conmigo, jajaja.
-¿Vamos profesora?

Le dedique una sonrisa de oreja a oreja.

- Por supuesto mi aprendiz. Ven conmigo.

Empecé a correr hasta el linde del bosque, era el lugar donde mi olfato me decía que había un humano, un chico por los alrededores.

- ¿Lo hueles? ¿lo oyes?- le dije cuando llegamos a nuestra meta.- Hay esta tu primera lección.

Corri tras mi nueva profesora.

Al llegar me pregunto si lo olia y lo oia.
-Si.-dije en un susurro. Pase la lengua por mis labios, mmm.. olia bien, pense.-¿Ahora que se hace?-dije mirando donde el humano se encontraba y luego a mi profesora.

- Nos acercaremos a él con una sonrisa en los labios, como intentando seducirlo. Le miras a los ojos fijamente e intentaras controlarlo. No te preocupes de si sale mal, yo estoy aqui para guardarte la espalda. Asi que adelante- la animé.

-Vale,alla voy.-pero no me movi del sitio y la mire.- ¿Que es seducir?-pregunte.-¿Como lo controlo? ¿Con la imnosis?-dije sonriendo.
Espere a que me lo explicara prestando mucha atencion a lo que decia. Aun tenia que aprender demasiado, y no sabia si era capaz pese a que los niños siempre aprendiamos muchas cosas rapido.

Me acordé que era una niña y que a los niños había que enseñarles todo, hacía mucho desde la última vez que estuve con un niño, demasiado tiempo.

- En tu caso, podría funcionar que hicieras de niñita perdida en el bosque. Dile que te has perdido y si puede ayudarte a encontrar a tus padres. Con eso bastará para poder acercarte lo suficiente para poder intentar utilizar el imnosi con él. Recuerda lo que te dije, tranquilizate, relajate, deja la mente en blanco, mirale a los ojos y dale la orden, eso bastará.

-Vale, entendido.-dije flojito para que el chico no me escuchara. Camine hacia el sin hacer ruido y me puse tras el chico y finji una cara de tristeza por perder a mis padres tal y como Diana me habia dicho. Puse morritos y solloze un poco. El chico se asusto dandose la vuelta para mirarme.
-¿Que te pasa niña? ¿Que haces aqui?

-Me he perdido.-dije con cara de ponerme a llora.- Nose donde estan mis papas.-puse las manos en los ojitos imitando que lloraba. El chico se acerco a mi altura.
-No llores pequeña, te ayudare a encontrarlos.

En cuanto se puso delante mio lo cogi rapidamente por los hombros, se sobresalto de mi rapidez, luego lo mire a los ojos fijamente, me quede en blanco sin pensar en nada y le di la orden.
-Inclina la cabeza hacia alli por favor, despues de esto no recordaras nada, vale?-le dije cuando mis colmillos salieron y mis ojos se puseron rojo sangre, el obedecio y yo le mordi en el cuello. La sangre era deliciosa, no podia parar de beber. Bebi mas y mas y mas, aquello era casi adictivo.

Lo había hecho de perlas, era una buena estudiante, aprendía rápido como debía ser. El chico hizo todo lo que ella le decía nada más mirarla a los ojos, esta niña tenía un don natural para este tipo de cosas. Era muy interesante.

Me acerqué a ella y el chico, y vi como Lena perdía el control, que no podía controlar su sed, debía mostrarle a parar o lo mataría y se sentiría muy mal. Y no permitiría eso.

- Pequeña, abre bien los oidos, oye su corazón. Se está debilitando, lo estas matando y tu no quieres eso. Es el hambre el que te domina, no le dejes hacerlo, demuestrale quien es el dueño aquí. Recuerda donde estas, recuerda quien eres. Si te ayuda, piensa en que este chico también tiene una familia, una familia que le hechará de menos si lo matas. Y tu no quieres que eso ocurra- iba dandole esa información, para que se relajara mientras le acariciaba el pelo-. Relajate, tranquilizate, respira fuerte y ven a mi. Los has hecho muy bien. Deja lo demás para a mi.

Cegada por el olor y sabor a sangre no escuchaba nada, solo queria mas y mas pero una voz me hiso que prestara atencion al instante. Escuche el corazon del chico iba muy despacio. Me separe de el con la boca llena de sangre y lo mire, estaba palido.
-Familia...-repeti la palabra que ella habia dicho. Y me sacudi la cabeza.-No queria que le pasara eso...-dije y me volvi hacia Diana que me acariciaba el pelo con dulzura. Me limpie la sangre de la boca con la lengua lo que me llegaba y deje una poca por limpiar. Deje al chico en el suelo sin sujetarlo.
-Perdon.-dije arrepentida abrazando a Diana.

- Lo hicieste bien, muchos no hubieran parado como lo hicieste tú. Has mostrado mucha fuerza interior y de eso no debes preocuparte- la tranquilicé-. Además el chico no está tan mal como crees, se pondrá bien. Tu tranquilizate y mira mientras termino el trabajo, ¿vale?

Me puse a la altura del chico, le hice unas cuantas heridas parecidas a las garras por su cuerpo, hice parecer que la mordedura era la de un animal y lo miré fijamente a los ojos. No fue nada dificil hipnotizarlo, estaba débil y accesible por la arremetida de Lena.

- Escuchame bien, hoy has venido al bosque y no nos has visto ni a mi ni a mi amiga. Ninguna persona te ha atacado a día de hoy, ha sido un oso, él te atacó y te hizo las heridas que tienes. Escapaste de él a duras penas, debes sentirte afortunado, eres un superviviente. Ahora iras a un hospital a que te curen ¿entendido?

- Si, señora- me contestó atontado mientras iba de camino a su coche.

Me volví hacia mi aprendiz.

- Y así es como se termina un buen trabajo -le dije sonriendole.

La mire sonriendo y di palmadas, al ver a mi maestra acabar el trabajo. El chico se marcho como ella le habia ordenado.
-Buena leccion professora.-le dije llena de sangre por la cara. Parecia sacada de una pelicula de terror, entre la sangre y mi sonrisa.-Creo que he aprendido mucho, aunque me haya asustado un poco.-confese, no queria que el chico muriera pero la sangre humana era adictiva para mi, estaba muy rica.

- Gracias, ese era la intención enseñarte. Y tranquila, todos se asustan al principio al darse cuenta de su poder, al darse cuenta del poder que la bestia puede ejercer sobre nosotros, pero si aprendes a controlarlo serás indestructible. Ni el tiempo ni el día te podrá hacer prente.

- Pero basta de chacharas, querras limpiarte esa carita, ¿no? Si, como dices, tu otro mentor es vegetariano, será mejor que no te vea con esa carita sangrienta, ¿no crees? -le guiñé el ojo.

-Siii.-dije dedicandole una sonrisa traviesa, pase la lengua como pude por mi boca de la sangre que quedaba.-¿Hay algun lago o rio por aqui donde me pueda limpiar la cara? Creo que tengo hasta en el vestido una gotita.- dije mirando a mi vestido. Solo habia una gota en todo el vestido y mi cara, no habia derramado nada mas. Luego mire a Diana.-O sino le puedo imnotizarrr jiji.-rei mirandola.

- Antes he escuchado un río por aqui cerca, no será muy dificil encontrarlo si tenemos las orejas bien abiertas. Así podras limpiar tu carita y tu vestido antes de que vayas con tu maestro. Ya saben lo que dicen, corazón que no ve corazón que no siente- le dediqué una traviesa sonrisa-. Pero respecto a hipnotizarlo... no se, debes ser más poderoso que él para hacerlo, y como no se quien demonios es, no se si serías capaz de lograr esa hazaña.

-Vale vayamos al rio, quiero lavarme.
Me puse a pensar.
-Creo que es mas poderoso que yo, es mas mayor por eso.-dije sonriendo.-Tambien es muy alto y lleva un anillo parecido al mio.-le dije sin darle muchos detalles. Me quede callada un momento y escuche agua, no estaba muy lejos aquel rio.
-Vamos al rio!!!-exclame.

- Si, pero tu eres una neófita y tu dieta es de sangre humana, y no de animales como él. Eso no sabría donde decirte donde deja la valanza, si la cosa fuese alreves estaría claro, pero en esto no se si los años comiendo ardillas le habrá dado tanta fuerza. Es una dieta bastate pobre para eso- murmuré.

La seguí pensativa, asi que el otro vampiro también poseía un anillo como el nuestro, interesante. Eso significaba que él también quería vivir entre estos humanos sin levantar sospechas. Creo que sería bastante interesante conocerlo, hacía mucho que no veía a un vegetariano.

Pronto llegamos al río, no estaba muy lejos.

- Y ahora a limpiar.