Nombre: Alexa Gráinne
Raza: Humana
Lugar de orígen: Irlanda
Aparienia fisíca:- Spoiler:
Caracteristicas psicologicas: La mente de Alexa es un verdadero lío. Realmente, llega a tener grandes confusiones con respecto a si lo que hace día a día está bien o simplemente está dejandose llevar por sus instintos, por lo que llega muchas veces a la conclusión de replantearse lo que hace y determinar si cambiar de rumbo o seguir. Suele ser prepotente, impulsiva, de un carácter realmente fuerte, para nada sumisa. A pesar de este carácter que la distingue, es sólo una careta para ocultar la niña inocente, soñadora, ingenua, que hay en ella, pues con tan sólo 17 años debió cargar con obligaciones impensadas en sus hombros. Ella sólo quiere hacerse mas fuerte, acabar de una vez por todas con esto que la está matando día a día estrujando su corazón, y al fin ser feliz. Es muy severa en cuanto a cuestiones de amor se trata, por eso los novios que tuvo no le duraron mucho debido a su temperamento y a que ella tenía facilidad en darse cuenta de cómo son las personas en realidad, y si algo no le gusta de ellas, se lo dice, por lo que ser directa y sincera a veces le juega en contra, pero simplemente pretende hacer 'críticas constructivas' y aunque le cueste aceptar sus errores, agradece cuando alguien se los hace reconocer. Valora mucho la amistad y el amor, y no tolera la traición, aunque es muy flexible a la hora de perdonar. Espera encontrar a aquel ser que la quiera tal como es y poder amarlo, pues aún ningún hombre le ha demostrado valer la pena y ser merecedor de su corazón. Detesta a las personas arrogantes, egocéntricas e hipócritas, aunque a veces ella puede tener esos mismos defectos, lamentablemente, pues nadie es perfecto y lo sabe.
Hoy en día está en Mystic Fells buscando a sus padres, con la esperanza de que aquella carta que recibió sea de ellos.
Otros:• No se dedica a nada específico, pues debe empezar algún instituto y terminar la secundaria. Suele ir a teatros a presentarse en castings como cantante, y obtiene ganancias trabajando como camarera en un café de la zona.
• Tiende a tener ataques de asma ligeros, ya que suele quedarse sin aire en momentos límites de nervios, preocupación o miedo. Algo que realmente le juega en contra, pero que trata de sobrellevar, ya que no se trata de asma en sí. Es mas bien, una reacción nerviosa.
• Suele jueguetear con su cabello y morderse el labio inferior.
• Le da cierta impresión la sangre, por algun extraño trauma que desconoce, y suele desmayarse cada vez que ve esa clase de líquido.
• Muy seguido se le da por los cambios de look, pues no le gusta lo vulgar, lo habitual; siempre le gusta aplicar cosas innovadoras a la mayoría de los ámbitos de su vida.
Historia: Alexa vivió toda su infancia en un pequeño pueblo ubicado en Irlanda, cercano al bosque y bastante alejado de la civilización.
Los vampiros han existido desde hace tiempo, y como en toda comunidad, las leyendas siempre fueron bien vistas sea como medio de entretenimiento o para asustar a los niños y que vayan a dormir temprano.
¿A quién no le dijeron alguna vez sobre el Cuco bajo la cama? ¿O tal vez sobre el monstruo del ropero? Pero alguna vez le dijeron a alguien 'Ten cuidado cuando sales de noche, la oscuridad no hace excepción con nadie'.
Definitivamente, eso a muy pocas personas se lo deben haber dicho, pero no a la edad de 6 años como empezaron sus padres a advertirle a Alexa. Ellos solían decir aquello por costumbre y también por temor, pero jamás justificaron un por qué. Ni siquiera era válido decir que ellos sabían de los vampiros, pues sólo daban la explicación de los animales salvajes del bosque, en el cual te podías perder de noche debido a la niebla y la poca visibilidad. Era algo simple al fin y al cabo, y que todo niño creería, y mas si la oscuridad era un factor principal en su lista de 'miedos'.
Todas las noches Alexa tenía pesadillas, desde que tiene uso de la razón. Todas las noches desde el primer recuerdo fijo y latente que marcó su vida: la desaparición de sus padres.
Una noche, sin aviso, sin nada, ellos dejaron el hogar. A la mañana siguiente, cuando la pequeña -en ese entonces, porque tenía 12 años- despertó, lo encontró todo vacío, desolado, revuelto. No entendía cómo no se despertó de sus sueños con tal ruido que deben haber hecho para que quedase ese desorden.
El pánico era evidente, pues la soledad no era buena compañía. Que irónico, que paradójico, pero que cierto. No tenía sitio la niña para poder comunicarse con alguien, y cuando sus abuelos se enteraron de lo sucedido, fueron a buscarla a aquella cabaña en el bosque en donde vivían. Ella se negó a irse de su casa, pues estaba segura de que algún día ellos volverían. Sus abuelos, sin remedio alguno, tuvieron que concentir su petición, y se quedaron allí a vivir con ella.
Lo que sucedió aquella noche nadie puede explicarlo con certeza. Lo único que sabe Alexa es que nada es lo que parece. Estaba segura de que aquí había gato encerrado, y lo iba a averiguar. Es así que comenzó a leer en libros, a buscar información de donde sea, casi sin descanso, pues el recuerdo de dos padres que para ella eran un gran ejemplo a seguir no puede olvidarse así como si nada.
Cada noche, ella se siente observada, y no puede dormir si le da la espalda a la ventana. Siente como si alguien la espiara constantemente, y no sabe el por qué de esa sensación.
Una mañana se despertó y encontró un colgante muy bonito en su mesita de luz. Era una especie de relicario, pero no podía abrirse. Estaba al parecer bien sellado. Sin dudarlo, desde aquel día lo lleva adornando su cuello, y lo que no sabe es que dentro hay verbena, como también desconoce la existencia de vampiros, licántropos y brujas. Simplemente conoce de ello en leyendas, y la información que estas transmiten llega a ser tan válida, que ella si habla sin saber con alguno de aquellos seres, querrán que en verdad algo sabe, siendo lo cierto todo lo contrario.
Hoy en día decidió abandonar la cabaña en la que ha vivido años, desde su niñez, debido a que una mañana despertó y encontró una carta de un desconocido que la invitaba a ir a Mystic Fells. Su asombro y confusión fue enorme, pero se decidió por enfrentar lo que fuese que encontrara allí, ya que podrían ser claramente sus padres, pero.. ¿no sería mas fácil aclarar que lo eran? Ella pensaba que tal vez no lo decían por miedo a que los odiara ante su abandono, pero lo cierto es que pese al duro carácter que posee, es incapaz de odiar a alguien, por mas vil y cruel que fuera.
En estos momentos se encuentra llegando al sitio redactado en aquella carta, a escondida de sus abuelos, porque estos jamás se lo permitirían.
La sensación de que la persiguen todo el tiempo y la observan sigue latente a cada paso de su vida, pero está dispuesta a averiguar los misterios que encierra su vida, su familia, el mundo en sí.
Sabe que hoy en día parece una ignorante, o mejor dicho lo es, ya que desconoce de los peligros que la rodean y no tiene noción del riesgo. Lo bueno que rescata de todo esto es una frase que leyó de un filósofo hace unos años:
'Hay dos tipos de ignorantes. Aquellos que creen ser sabios y, por ende, saberlo todo, poseen ignorancia 'necia', ya que no reconocen que no pueden tener todo el conocimiento; en cambio aquellos que reconocen ser ignorantes van en busca del conocimiento, por lo que es preferible reconocer, antes que desconocer'. Es una frase muy paradójica que la marcó de por vida, pues resume su situación a cada instante. Ella va en busca de revelar los secretos que esconden los muros de la ignorancia, pero reconociendo que ella lo es. Pretende imponerse a su tristeza y desolación para abrir paso a la verdad..
¿Será capaz de asimilar la verdad que tanto desea descubrir? ¿Quién será aquel que la observa misteriosamente por las noches? ¿Qué habrá pasado con sus padres y quién le habrá enviado aquella carta? Demasiadas preguntas, pero falta una esencial: ¿Será capaz de sobrevivir?